Se han quedado vacías de sentido.
Las marcas TIENDEN a la irrelevancia: el estudio Meaningful Brands realizado por Havas Group: “Los consumidores españoles consideran que el 91 % de las marcas son prescindibles, frente al 74 % de la media mundial”. En otras palabras: en España más que en el resto del mundo, las marcas son irrelevantes.
La fidelidad a las marcas prácticamente ha desaparecido: como consecuencia de esto de lo anterior, (entre otras muchas cosas), la lealtad a las marcas prácticamente ha desaparecido.
Según un estudio de McKinsey de 2019: “el 58% de compradores cambia de marca en el momento de la compra”. Debemos buscar un equilibro entre la necesidad de vender y una marca que conecte con su audiencia más allá del precio. Necesitamos buscar una relación sana para ambas partes.
Este cambio es necesario no solo porque las estrategias centradas en ventas nos hayan dado problemas, en la percepción de valor y priorizar el vínculo coyuntural del momento económico, sino porque fue la única forma de influir en la intención de compra de nuestros clientes.
Si hacemos una estrategia de marketing brillante, solo seremos capaces de influir en un tercio de las interacciones de compra de nuestra audiencia, los dos tercios restantes están bajo el control de nuestros clientes.
Es decir que si unimos los factores vistos hasta ahora (problemas para tener negocios rentables, marcas irrelevantes y baja fidelidad de marca) a que nuestra capacidad de influir sobre la decisión de compra es muy limitada, la única manera de revertir la situación es estableciendo mejores conexiones que además nos permitan influir en los dos tercios donde realmente se toman las decisiones de compra.
Y esto nos llevará a conseguir clientes en lugar de ventas y por supuesto, esto implica una marca relevante, real, mayor facturación, fidelidad, rentabilidad,… este camino no es una receta de éxito seguro (ya sabes que no existen), pero si la mejor manera de gestionar el futuro de la empresa en el contexto actual.
Y ahora, volvamos a las empresas. ¿cómo conseguir que nuestros clientes sientan algo por nuestra marca? ¿cómo podemos influir en sus emociones más allá del producto?
Mostrando el lado humano de la empresa.
Para conseguir una conexión similar a la amistad/admiración/amor que pueda haber entre dos personas, pero entre clientes y empresa, tenemos que hacer nuestra empresa más humana.
Mostrar este lado humano de la empresa conlleva explicar el propósito de la empresa más allá de las ventas, y la clave, implica un cambio de mentalidad. Implica que la lucha entre la razón de existir de la empresa y las ventas se equilibre, y lo que rompe los esquemas actuales tiene que dedicar personas y presupuestos a poner en marcha estrategias cuyo objetivo no es vender, sino conectar con sus clientes.
Como expresó Simon Sinek: “Las personas no compran lo que haces. Compran el porque lo haces”
Nosotros creemos que el blend marketing logra construir experiencias y mensajes relevantes e impacto adecuados para transmitir los valores y el “story telling” más emocional y humano de las marcas, ayudando a las marcas y las empresas en la construcción de comunidades digitales que son la “palanca” necesaria en el movimiento del posicionamiento digital.